28 agosto 2012

El saharaui Mohamed Moulud Yeslem expone sus pinturas en Carboneras


El alcalde, Salvador Hernández con miembros de la Asociación Cultural Levantisca en la exposición.
La Asociación Cultural Levantisca impulsa una actividad con los niños saharauis que pasan el verano en Almería. Sus cartas incluidas en el proyecto 'Barco del Desierto'
El alcalde de Carboneras, Salvador Hernández, junto a la concejal de Cultura, Mercedes Hernández, asistieron ayer a una acción desarrollada por la Asociación Cultural Levantisca en pro del pueblo saharaui. La acción se desarrolló en la sede de la asociación, en el marco de una exposición del pintor saharaui Mohamed Moulud Yeslem. La acción consistió en la redacción de una serie de textos por parte de los niños acerca de la situación de su pueblo, confinado en campamentos de refugiados y a la espera de una solución internacional.
La acción parte de un proyecto internacional denominado 'Barco del desierto' e impulsado por José Ignacio Domínguez, que consiste en recuperar un barco que en su día recibió el pueblo saharaui y que se encuentra parado en el desierto. El proyecto consiste en recuperar el barco, arreglarlo y diseñar para él un recorrido por diversos puertos europeos hasta llegar a Estrasburgo, donde se encuentra la sede del Parlamento Europeo, adonde quieren hacer llegar sus demandas.
Como es sabido, el pueblo saharaui demanda un referéndum de autodeterminación y denuncia que Marruecos no acepta la solución y que Naciones Unidas no la impulsa. En ese barco, además de otros textos, irán las cartas de los niños que hoy han protagonizado la acción en la sede de la Asociación Cultural Levantisca de Carboneras.
En el acto estuvieron presentes, además de los representantes municipales, la vicepresidenta de la Asociación, Clara Milla Colmenero; el delegado del Frente Polisario en Almería, Mohamed Lagdaf Saleh; el presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Almería, José David; y diversos miembros de la Asociación Levantisca, como Puri Lozano, Miguel Galindo y otros.
Junto a ellos, algo más de 20 niños saharauis que se encuentran pasando el verano en Almería, merced a un programa de acogida en familias almerienses, que lleva años de tradición.
Quien no estuvo presente fue el pintor protagonista de la exposición, Mohamed Moulud Yeslem, residente en España, aunque sí ha estado presente su obra, algo más de 20 cuadros pintados en su mayoría durante sus estancias en los campamentos de refugiados del pueblo saharaui, en los que refleja la vida y las tradiciones de éste.
Mohamed Lagdaf Saleh explicó en el acto que "las aproximadamente 160.000 personas que habitan en los campamentos de refugiados llevan sobreviviendo 40 años gracias a la ayuda humanitaria".

20 agosto 2012

Mohamed Moulud y la pintura saharaui. Exposición en Carboneras








El arte comprometido es aquel que pone sus habilidades al servicio de una causa, casi siempre noble. En el caso de M. Moulud Yeslem (1977) al servicio de la causa saharaui. Desde este punto de vista la exposición y exhibición de su obra constituyen un capítulo de la causa general.
Su formación académica proviene de sus estudios en arquitectura, el conocimiento de los lenguajes audiovisuales y su concreción en las técnicas tradicionales: pintura al óleo, y motivos realistas: escenas de los campamentos, sufrimiento del ser humano, la alegría de una reunión en torno a una taza de té, el juego de las damas, el sentido aristocrático de pertenecer al desierto, algunos bodegones. Denunciando por encima de ello la condena al exilio forzado de un pueblo varado en el desierto que añora la mudanza, que creen (y desean) inminente, a sus lugares de origen: al Sáhara occidental.
Los retratos y las miradas de las figuras revelan el misterio, el sufrimiento contenido, la denuncia de la injusticia. Otros cuadros anuncian el viaje: los camellos en marcha, cargados, siguiendo el camino de vuelta.
Mientras se recrean algunas escenas de la vida cotidiana en los campos de refugiados. Este tema atrae especialmente a Moulud, quien se vio exiliado en Cuba con once años.
Pero quizás el emblema de esta exposición sea el barco varado, de este modo diferentes cuadros aluden directamente a este motivo. Ya sea tributo del autor, ya de los poetas saharauis que han cedido sus versos para alentar, bajo sus buenos augurios, a una dulce travesía.
Moulud firma en vertical indicando con ello su aspiración a seguir creciendo y creando. Además confiesa su humilde admiración hacia maestros como Picasso, pues líneas, sufrimiento y color se conjugan en sus lienzos, tiñendo de esperanza vehemente lo que pudiera revestirse de melancolía, nostalgia y frustración.
Lo que más llama la atención es la presencia alegre y generosa del color, destacando la ausencia del verde y del azul. Esta ausencia se explica precisamente por la mutilación de la naturaleza (árboles, vegetación inexistente) y la lejanía del agua (océano, ríos).
En contrapartida el cielo sólo tiene un color: el del fuego, para vestir la atmósfera incendiada de palidez. De ahí las distintas gradaciones de la luz: amarillos, ocres, cremas, marrones.
El homenaje al «barco del desierto», referente simbólico, alude al pueblo saharaui varado en las hamadas del sureste de Argelia. Los colores ocres del desierto, las casas de adobe y tiendas de campaña difuminadas por una atmósfera densa (arena, viento y sol), nos permiten vislumbrar la tragedia latente a que están condenados los jóvenes saharauis y con ellos el propio pueblo exiliado, mutilado, detenido en un largo paréntesis de la historia reciente que abarca ya 35 años.
De todo ello, sutilmente, sin estridencias, con la sencillez iluminadora de una obra bella por su nobleza, nos habla la pintura de Moulud. Como diría el poeta, cargo de conciencia para los que miran para otro lado manteniendo las condiciones de exclusión e injusticia a todo un pueblo, el único de los países árabes que habla nuestro idioma. Orilla Puente entre Europa y América.